miércoles, 23 de marzo de 2011

Corazon

Mi corazón está difuminado, no tiene forma. Cuesta verlo y entenderlo y, sin embargo, a veces late. Sólo a veces. Pero luego le entra el miedo y se pierde, se hace pequeño en mi escritorio. Muy muy pequeño. Tanto que de golpe cabe en la palma de mi mano y tengo que tener cuidado para no estrujarlo porque en él está escrita la palabra que nos une, la misma que a veces nos aleja. En esos momentos el pánico se camufla, se acerca con sigilo para susurrarle que al final siempre tambalea y se cae. Sin embargo hoy, un día cualquiera, sin miedo lo coloco en la yema del dedo y te lo entrego.

No hay comentarios:

Publicar un comentario