Manos que se dejan tocar por un corazón, corazones modelados por otras manos, se confunden en un mismo mundo, donde las diferencias quedan desdibujadas por las semejanzas, por eso hoy te invito a que te seas tú quien te compartas, quien te muestres, quien escribas las palabras, quien dibujes un corazón con tus propias manos, porque seguramente, no importa quien dibuje el corazón, en su interior cabemos todos.
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